Para cuando el molesto hipo nos ataca y nos priva de concentrarnos en lo que pretendemos, estos consejos suelen dar resultado:
- Coma una cucharada de azúcar; mejora la situación al interrumpir los impulsos nerviosos de la boca que provocan la contracción del diafragma.
- Aspire aire y sóplelo en forma lenta y continua.
- Mastique y trague pan seco.
- Chupe hielo molido.
- Coloque una bolsa de hielo en el diafragma, debajo de las costillas.
- Realice gárgaras con agua.
- Retenga la respiración y cuente lentamente hasta diez.
- Aguante la respiración lo más posible y trague en el momento que percibe que se acerca la sensación de hipo. Repita dos o tres veces. Luego inhale y repita el procedimiento.
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